MIEL DE MONTE
EL ORIGEN
En las montañas del sur del Huila, donde el sol madura despacio y la neblina se posa como un velo sobre los cafetales, crecen los granos de una dulzura inolvidable.
Allí, en una tierra de tradición y esperanza, decenas de familias caficultoras han encontrado en el café su forma de vida, su lenguaje y su legado. Cada amanecer comienza igual: el sonido de los recolectores entre los surcos, el olor del barro húmedo y la promesa de un nuevo día que se mezcla con el canto de los pájaros. Es en este paisaje, lleno de vida y paciencia, nace Miel de monte, un café que rinde homenaje a la dulzura del trabajo bien hecho y a la esencia de un territorio que nunca deja de florecer.
EL CAMINO
La historia de Miel de monte no pertenece a un solo nombre, sino a una comunidad entera que ha aprendido a escuchar a la tierra.
Son hombres y mujeres –segundas y terceras generaciones de caficultores– que heredaron de sus padres la disciplina, la fe y el amor por el detalle. Muchos llegaron al Huila desde otros rincones de Colombia –Cauca, Nariño, Caquetá– buscando un futuro mejor. Encontraron en estas montañas un hogar fértil donde las manos trabajan con propósito y las ideas germinan como las semillas. Su búsqueda constante por la excelencia los llevó a descubrir una variedad única: el Pink Bourbon, una joya de color rosado y alma etíope que seduce con su dulzura natural. Cada productor experimenta, aprende, intercambia saberes con sus vecinos y vuelve a intentarlo, convencido de que la perfección en el café es una conversación entre la naturaleza, el tiempo y la pasión humana.
LA ESENCIA
El Pink Bourbon del sur del Huila es, literalmente, un postre en taza.
Su dulzura recuerda al melao –ese almíbar hecho con panela y agua que endulza las sobremesas colombianas–, evocando la calidez de lo familiar y lo auténtico. Cada grano pasa por un proceso cuidado: selección manual de cerezas en su punto exacto de madurez, fermentaciones que respetan el ritmo natural del fruto y secados lentos bajo marquesinas cubiertas. El resultado es un café luminoso, equilibrado, con notas que viajan entre la miel, las frutas maduras y una sutil acidez cítrica. Su perfil, constante y refinado, es testimonio de una comunidad que trabaja unida, que aprende del clima cambiante y que transforma cada reto en una oportunidad para mejorar.
LA INVITACIÓN
Miel de monte es más que un café: es la expresión colectiva de un pueblo que convierte el esfuerzo en dulzura, la tradición en arte y el día a día en una obra de paciencia.
En Casa Landino honramos ese espíritu y lo compartimos con quienes buscan algo más que una bebida: una experiencia que se siente, se recuerda y se celebra. Una taza que sabe a origen y a la dulzura infinita del sur del Huila.